viernes, 25 de enero de 2013



Juan Pablo II y Venezuela - 1985 con los jóvenes

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En el Estadio Olímpico de la Ciudad Universitaria más de 40 mil jóvenes vibraron con su mensaje.

Atento a las inquietudes de los jóvenes y percibiendo sus “dudas y esperanzas” preguntaba: Los jóvenes venezolanos, ¿se dejarán abatir por las dificultades, o tendrán el valor de ser cristianos de verdad y construir una sociedad más justa, más fraterna, más acogedora y pacífica? La valiente respuesta sería «Queremos poder gritar con validez y sinceridad, que los jóvenes con Cristo somos fuerza que, desde el Evangelio e impulsados por el Espíritu, transforma al hombre, la sociedad y la Iglesia»
Vuestra presencia feliz y festiva, vuestra sed de verdad y de ideales nobles y elevados, me animan a seguir creyendo y esperando en los jóvenes les dijo y les invitó a reflexionar juntos sobre la encuesta que habia sido realizada entre la juventud venezolana. acerca de la Iglesia, la situación del país, sus propios temores y esperanzas, el sentido de la vida, lo que debia hacer la Iglesia frente a la situación del país, que pensaban del papa.
Juan Pablo II les recordó que la juventud no es pasivismo e indolencia, sino esfuerzo tenaz por alcanzar metas sublimes, aunque cueste; no es cerrar los ojos a la realidad, sino rechazar las hipocresías convencionales, y buscar y practicar apasionadamente la verdad; no es evasión o indiferentismo, sino compromiso solidario con todos, especialmente con los más necesitados; no es búsqueda del placer egoísta, sino impulso incesante de apertura y voluntad de servicio; no es violento torbellino revolucionario, sino dedicación y esfuerzo por construir con medios pacíficos una sociedad más humana, fraterna y participativa, pensando en los demás sin instalarse en el propio egoismo...

Y les planteó lo que guardaba más profundo en su corazón: ¿Qué significa Cristo en tu vida? . Cristo es la certeza de vuestra juventud y la fuente de vuestra alegría…..
Despidiéndose de ellos les recordó: el futuro de la Iglesia, de vuestro país, de América Latina, está en vuestras manos…… Cristo os inspire siempre con su palabra y con su ejemplo. Y que la Virgen Santísima, nuestra Señora y Madre de Coromoto, acompañe vuestro camino por la vida. Así sea.
“¡Juan Pablo, amigo, Venezuela está contigo!